En 1923, el entonces intérprete de canciones criollas y camperas, Carlos Gardel, se convirtió definitivamente en cantor de tangos. Esta transición fue refrendada en su primera gira por España, a partir del 10 de diciembre de aquel año, con «Mano a mano» como estandarte.
Gardel fue uno de los primeros artistas en llevar el tango a un nivel internacional. Su voz y su estilo únicos lo hicieron destacar entre los demás cantantes de tango. Su carrera comenzó en Buenos Aires, donde se convirtió en una figura de culto.
Durante su gira por España, Gardel fue recibido con entusiasmo por el público. Su estilo único y su voz cautivaron a los españoles, quienes lo acogieron con gran cariño. Esta gira fue un éxito rotundo, y Gardel se convirtió en una figura de culto en España.
Durante su estancia en España, Gardel grabó varios discos de tango, entre los que destacan «Mano a mano», «Mi Buenos Aires querido» y «Volver». Estas canciones se convirtieron en éxitos inmediatos, y Gardel se ganó el corazón de los españoles.
Gardel también se ganó el respeto de los músicos españoles, quienes lo elogiaron por su talento y su estilo único. El tango se convirtió en una parte importante de la cultura española, y Gardel fue uno de los principales responsables de esta transformación.
Gardel regresó a Buenos Aires en 1924, pero su legado en España sigue vivo hasta el día de hoy. Su música sigue siendo escuchada y admirada por los españoles, y su figura sigue siendo una inspiración para los artistas de tango de hoy en día.
En conclusión, la gira de Carlos Gardel por España en 1923 fue un hito en la historia del tango. Su estilo único y su voz cautivaron a los españoles, quienes lo acogieron con gran cariño. Esta gira fue un éxito rotundo, y Gardel se convirtió en una figura de culto en España. Su legado sigue vivo hasta el día de hoy, y su música sigue siendo escuchada y admirada por los españoles.