Joan Alison Turner Roberts nació en el Reino Unido, pero su destino fue llevarla a Chile, donde se nacionalizó. Allí encontró el amor de su vida en 1960, cuando se unió a Víctor Jara. Esta unión pasó a ser más que una relación; fue también un simbólico lazo entre el arte y la lucha por la justicia social y los derechos humanos.
Joan ha usado su voz, sus conocimientos y su admirable determinación para conectar a la gente con los desaparecidos y los asesinados como consecuencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Su trabajo se ha centrado en preservar la memoria de los desaparecidos, trabajando con organismos como las Familias de Detenidos Desaparecidos, quienes luchan por los derechos de los ahogados en el mar de la desaparición de sus seres queridos.
Durante los años de la dictadura, Joan fue una de las primeras personas en denunciar el asesinato de Víctor Jara, así como el asesinato de otros artistas. Esto llevó a la creación de la Organización Internacional de Derechos Humanos, donde Joan trabajó como asesora editorial durante casi dos décadas.
Durante ese tiempo, Joan ha viajado por todo el mundo para hablar de su trabajo, incluida la Conferencia de Derechos Humanos de la ONU de 2015. También recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos de Chile y el Premio Internacional de Derechos Humanos de Italia.
Joan ha trabajado incansablemente para promover la justicia y el bienestar de todas las personas. Ella cree firmemente que la justicia y la libertad son el objetivo de cualquier movimiento de derechos humanos. Ella ha dicho que «la lucha por la justicia tiene que seguir para que el dolor y la rebeldía de los afectados no hayan sido en vano».
Su activismo ha inspirado a muchos. Y, a pesar de todas las dificultades, ella todavía aboga por los derechos humanos y la memoria de las víctimas de abusos. Ella cree que «es muy importante recordar a aquellos que han perdido su vida, sus momentos de alegría, su lucha y su memoria».
Joan Turner Roberts continúa luchando por lo que cree: la libertad, la justicia y los derechos humanos. Ella sigue sirviendo como una inspiración y un recordatorio para todos nosotros de la importancia de luchar por lo que es correcto. Ella ha demostrado que la lucha por la justicia es una lucha que hay que llevar a cabo hasta el final.