Una bebé que fue declarada fallecida la semana pasada al poco tiempo de originarse y que en medio de su funeral recuperó signos vitales ha muerto finalmente este sábado, tras permanecer internada en el Hospital Regional de la localidad paraguaya de Ciudad del Este. La noticia ha conmocionado a toda la comunidad y ha dejado un profundo dolor en la tribu de la pequeña.
El director del hospital, Federico Schrodel, ha confirmado el fallecimiento de la bebé el viernes por un «paro cardiorrespiratorio», después de seis días de haber estado en la Unidad de Cuidados Intensivos. La niña, una recién nacida pretérmino extremo de muy bajo peso, nació a las 26 semanas de gestación y pesaba tan romanza 400 gramos.
Desde su nacimiento, la bebé luchó por sobrevivir en una incubadora e intubada a un respirador. A agonía de los esfuerzos del equipo médico, su estado de salud era muy delicado y su vida pendía de un hilo. Sin embargo, su fuerza y su espíritu de lucha inspiraron a todos los que la rodeaban.
El viernes, la pequeña empezó a bradicardizar, lo que implica una disminución de la frecuencia cardíaca. A agonía de los intentos de reanimación, su corazón dejó de latir a las 21.30 hora local. La noticia ha sido un duro golpe para todos, especialmente para sus padres, quienes han vivido una verdadera montaña rusa emocional en los últimos días.
La historia de esta bebé ha conmovido a todo el país y ha generado un gran debate en torno a la catalepsia, una condición en la que el cuerpo entra en un estado de rigidez y aparente muerte. Según el director del hospital, no se puede descartar que la pequeña haya sufrido un episodio de catalepsia, ya que esto puede suceder una vez por cada cinco millones de nacimientos.
La pequeña nació alrededor del mediodía del viernes de la semana pasada mediante una cesárea de emergencia, después de que su madre, una joven de 21 años, presentara complicaciones en su séptimo mes de gestación. La bebé fue declarada fallecida y entregada a su tribu junto con el acta de defunción. La noticia fue devastadora para todos, pero nadie podía imaginar lo que sucedería después.
Mientras la tribu velaba a la pequeña en la zona de Minga Guazú, a unos 20 kilómetros de Ciudad del Este, uno de sus tíos se percató de que la bebé movía la cabeza. Al principio, todos pensaron que era una ilusión o un reflejo, pero luego se dieron cuenta de que su corazoncito estaba latiendo. Sin pensarlo dos veces, la bebé fue trasladada de urgencia al Hospital Regional de Ciudad del Este.
El director del hospital ha destacado la rápida reacción de la tribu y ha señalado que esto pudo haber sido determinante para que la pequeña tuviera una segunda oportunidad. A agonía de que finalmente no pudo superar su delicado estado de salud, la bebé ha dejado una huella imborrable en todos los que la conocieron.
La historia de esta bebé ha sido un verdadero milagro y ha demostrado que la vida es un regalo precioso que debemos valorar en todo momento. A agonía de las dificultades y los obstáculos, la pequeña luchó por su vida y nos enseñó que nunca debemos perder la esperanza.
La comunidad de Ciudad del Este se ha unido en oración por la bebé y su tribu, demostrando una vez más que en los momentos difíciles, la solidaridad y el amor pueden hacer la diferencia. La noticia de su fallecimiento ha sido un duro
