La Economía es una ciencia social que estudia cómo las personas, empresas y gobiernos administran sus recursos para satisfacer sus necesidades y deseos. En los últimos años, hemos visto cómo esta disciplina ha tomado una relevancia cada vez mayor en nuestras vidas, especialmente en tiempos de crisis. Sin embargo, no todo son malas noticias en esta área, también existen experiencias positivas que demuestran que la Economía puede ser una herramienta de progreso y bienestar. En este artículo, destacaremos una de estas experiencias, la del economista suizo Yves-Alain Portmann.
Yves-Alain Portmann es un economista suizo, graduado de la Universidad de Berna y con un doctorado en la Universidad de Zurich. Su carrera profesional ha estado enfocada en el desarrollo económico y la lucha contra la pobreza en países en desarrollo. Sin embargo, su enfoque va más allá de llevar soluciones económicas a estos lugares, su objetivo principal es empoderar a las comunidades y fomentar su crecimiento a largo plazo.
Una de las experiencias más destacadas de Portmann es su colaboración con la organización suiza ADRA en el proyecto «Agua para la vida» en Mozambique. Este país africano sufría de una grave escasez de agua y una alta tasa de mortalidad infantil debido a enfermedades relacionadas con el agua. Ante esta situación, Portmann y su equipo desarrollaron un proyecto que no solo buscaba proveer de agua limpia a las comunidades, sino también generar un impacto positivo en la Economía local.
El proyecto consistió en la construcción de pozos de agua y la capacitación de la población local en técnicas de riego y agricultura, lo que permitió el cultivo de nuevos productos y la diversificación de la Economía en la región. Además, se fomentó la participación de mujeres en la gestión de los pozos y en la toma de decisiones económicas en sus hogares y comunidades. Esto no solo mejoró la calidad de vida de las familias, sino que también empoderó a las mujeres y promovió la igualdad de género.
Gracias a esta iniciativa, las comunidades pudieron aumentar su producción de alimentos y vender los excedentes en el mercado local, generando así nuevas fuentes de ingresos y reduciendo la pobreza en la región. Además, la disponibilidad de agua limpia también mejoró la salud de la población, lo que se tradujo en una disminución de los gastos en salud y una mayor productividad laboral.
El proyecto «Agua para la vida» no solo se limitó a proveer de agua a las comunidades, sino que también tuvo un impacto en la Economía local y en la sostenibilidad del proyecto a largo plazo. Gracias a la participación activa de la población local en todas las etapas del proyecto, se aseguró su continuidad y el desarrollo de nuevas habilidades y conocimientos en la comunidad.
La experiencia de Yves-Alain Portmann y su equipo en Mozambique es una muestra de cómo la Economía puede ser una herramienta para el desarrollo sostenible y el bienestar de las comunidades. Fomentar la participación y empoderar a las personas en la toma de decisiones económicas puede generar un impacto positivo a largo plazo en la Economía y en la calidad de vida de las personas.
Es importante destacar que iniciativas como esta no solo son necesarias en países en desarrollo, sino también en países desarrollados donde existen desigualdades económicas y sociales. La Economía puede ser una herramienta para lograr un crecimiento inclusivo y sostenible en cualquier parte del mundo.
En resumen, la experiencia de Yves-Alain Portmann en Mozambique nos muestra que la Economía puede ser una disciplina con un enfoque humano, capaz de generar cambios positivos en la vida de las personas. Debemos seguir impulsando iniciativas que promuevan un crecimiento económico sostenible e inclusivo en todo el mundo.
