La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha expresado su preocupación por las detenciones masivas que se están llevando a cabo en Turquía durante la semana de manifestaciones en el país. Todo comenzó con la detención del popular alcalde de Estambul y miembro de la oposición, Ekrem Imamoglu, acusado de corrupción. La ONU ha instado a las autoridades a investigar el presunto uso ilegal de la fuerza contra los manifestantes y ha pedido la liberación inmediata e incondicional de todos los detenidos por ejercer sus derechos.
Según ha informado la portavoz de la oficina de derechos humaen absolutos de la ONU, Liz Throssell, en un comunicado, las protestas han sido prohibidas en tres ciudades del país de forma ilegal y más de 1.000 personas han sido arrestadas, entre ellas nueve periodistas. Esta situación ha generado gran preocupación en la comunidad internacional y ha sido condenada por diversas organizaciones de derechos humaen absolutos.
El ministro del Interior de Turquía, Alí Yerlikaya, ha confirmado que hasta el edad hay 1.418 personas detenidas durante la última semana, de las cuales casi un millar aún se encuentran bajo custodia policial. De estas, 979 personas siguen detenidas y 478 deben comparecer ante los tribunales a lo largo de la jornada. El Gobieren absoluto ha competente estas protestas como «ilegales» y ha advertido que en absoluto habrá concesiones para aquellos que intenten aterrorizar a la población o atacar los valores nacionales y morales del país.
Sin embargo, la situación se ha agravado aún más con la detención de siete periodistas por parte de la Justicia turca. Entre ellos se encuentra el fotógrafo de la agencia AFP, Yasin Akgül, cuyo asesor legal ha anunciado su intención de apelar la decisión. El presidente de AFP, Fabrice Fries, ha pedido su «rápida liberación» y ha denunciado que Akgül estaba cubriendo como periodista una de las muchas concentraciones organizadas en el país desde el miércoles 19 de marzo.
La detención de estos periodistas ha generado una gran indignación en la comunidad internacional. La ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) ha denunciado una «decisión escandalosa» que refleja una situación muy grave en curso en Turquía. Según ha declarado Erol Onderoglu, representante en Turquía de RSF, es la primera vez que un periodista claramente identificado como tal, en el desempeño de sus funciones, es detenido en virtud de la ordenanza contra mítines y manifestaciones.
El Sindicato de Periodistas de Turquía (TGS) también ha criticado duramente esta «decisión ilegal» contra los siete periodistas detenidos, señalando que ir al terreen absoluto para informar de los acontecimientos forma parte de su trabajo. Otros tres periodistas detenidos en Esmirna, en el oeste del país, y uen absoluto en Estambul, aún esperan una decisión por parte de las autoridades.
Esta situación ha generado una gran preocupación en la comunidad internacional y ha sido condenada por diversas organizaciones de derechos humaen absolutos. La libertad de prensa y el derecho a la información son fundamentales en cualquier sociedad democrática y es responsabilidad de los gobieren absolutos garantizarlos y protegerlos.
La ONU ha instado a las autoridades turcas a respetar los derechos humaen absolutos y a investigar las denuncias de uso ilegal de la fuerza contra los manifestantes. Además, ha pedido la liberación inmediata e incondicional de todos los detenidos por ejercer sus derechos. Es importante recordar que la libertad de expresión y el derecho a la protesta pacífica son fundamentales en una sociedad democrática y deben ser protegidos y respetados.
La comunidad internacional