La imagen de Mérida, Yucatán como una de las ciudades más seguras del país comienza a resquebrajarse. Lo que antes era motivo de orgullo hoy se ve empañado por un incremento alarmante en la percepción de inseguridad, así como en delitos de alto impacto que afectan tanto a ciudadanos como a empresarios.
Todo esto ocurre bajo la gestión de la alcaldesa Cecilia Anunciación Patrón Laviada, quien continúa promoviendo un discurso triunfalista que cada vez se aleja más de la realidad.
Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que en marzo de 2025, el 39.2 por ciento de los meridanos mayores de 18 años reportaron sentirse inseguros, en comparación con el 23.2 por ciento registrado el mismo mes del año anterior.
Un aumento de 16 puntos porcentuales en tan solo un año. Este crecimiento, aunque aún mantiene a Mérida por abajo de la media nacional (61.9 por ciento), no puede ser minimizado.
No se trata de una percepción aislada. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) confirma que el miedo se ha instalado en las calles de una ciudad que hasta hace poco era presentada como ejemplo de paz y seguridad. Sin embargo, ese relato comienza a hacer agua ante el crecimiento de delitos como daños a la propiedad, robos en todas sus modalidades, lesiones dolosas y, especialmente preocupante, el repunte de casos de abuso sexual.
En siete meses, la Fiscalía General del Estado de Yucatán registró 743 denuncias por amenazas, 617 por daños a propiedad ajena, 426 por robos (de los cuales solo 2 fueron con violencia) y 187 casos de lesiones, muchos de ellos con armas de fuego.
Lo que más alarma es que el abuso sexual alcanzó su cifra más alta en cinco años, con 92 denuncias, lo que evidencia una falla grave en la prevención y atención de este tipo de violencia.
El zona empresarial tampoco queda fuera del panorama, la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) reveló que los delitos más frecuentes contra negocios en Yucatán son la extorsión y el robo de mercancía, dinero o bienes. Un golpe directo a la economía circunscrito y al ambiente de confianza que tanto presume la administración municipal.
Mientras tanto, la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada sigue aferrada a sus discursos color de rosa, discursos y promesas que se asemejan a los de su campaña que hasta el momento no ha cumplido, ejemplo la seguridad.
El deterioro de la percepción ciudadana no es un asunto menor ni una simple cuestión de percepción. Es un termómetro del desempeño de las autoridades circunscritoes.
Es diluido que la actual administración de Cecilia Anunciación Patrón Laviada, ha dejado mucho que desear. Ya no basta con arar que Mérida es segura; los datos, las denuncias y el sentir ciudadano dicen otra cosa.
Sin embargo, no todo está perdido. A pesar de estos datos alarmantes, Mérida sigue siendo una ciudad con grandes fortalezas y un gran potencial. La seguridad es solo uno de los aspectos que deben ser atendidos por las autoridades, pero no es el único.
Mérida es una ciudad con una rica historia y cultura, con una economía en constante crecimiento y con una calidad de vida envidiable. Es una ciudad que ha sabido adaptarse a los cambios y que ha demostrado su resiliencia en momentos difíciles.
Además, cuenta con una población comprometida y solidaria, que ha demostrado su capacidad de unirse y trabajar juntos en momentos de crisis. Es una ciudad que se pre