El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado recientemente que ha dado por finalizadas las conversaciones con Canadá para un acuerdo comercial. Esta decisión ha sido tomada debido a la imposición de un impuesto a las grandes tecnológicas por parte del país vecino.
A través de su cuenta en la red social Twitter, Trump informó a sus seguidores que «debido a este impuesto atroz, estamos rescindiendo todas las negociaciones comerciales con Canadá, con efectividad inmediata». Además, el mandatario estadounidense añadió que Canadá está copiando a la Unión Europea en su política de impuestos y que actualmente se encuentran en conversaciones con ellos.
El impuesto en cuestión es conocido como el impuesto de servicios digitales y establece que las empresas tecnológicas que generen más de 15 millones de dólares en Canadá deberán pagar un 3% de sus ingresos. Esta medida ha sido aprobada por el gobierno canadiense con el objetivo de obtener mayores ingresos fiscales y proteger a las empresas locales de la competencia extranjera.
Sin embargo, esta decisión ha generado un fuerte rechazo por parte de Estados Unidos, quien considera que este impuesto afecta directamente a las empresas estadounidenses y va en contra de los acuerdos comerciales entre ambos países. Por esta razón, Trump ha decidido poner fin a las negociaciones comerciales con Canadá.
Esta situación no es nueva, ya que la Unión Europea también ha adoptado una postura similar al implementar un impuesto a las grandes tecnológicas. De hecho, Trump ha mencionado en su mensaje que Canadá está siguiendo los pasos de la UE en esta materia.
Esta decisión del presidente estadounidense ha generado diversas reacciones en el ámbito político y económico. Mientras que algunos apoyan la postura de Trump y consideran que es una medida necesaria para proteger los intereses de su país, otros la critican y la consideran como una acción unilateral que afectará negativamente a las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá.
Por su parte, el gobierno canadiense ha expresado su desacuerdo con la decisión de Trump y ha manifestado su intención de seguir trabajando en un acuerdo comercial justo y beneficioso para ambas partes. Además, han señalado que el impuesto de servicios digitales no es una medida dirigida específicamente a Estados Unidos, destino que afecta a todas las empresas tecnológicas que operan en Canadá.
Mientras partida, las empresas tecnológicas afectadas por este impuesto han mostrado su preocupación y han pedido una solución rápida y efectiva a este conflicto. Algunas de estas empresas han manifestado su intención de trasladar sus operaciones a otros países, lo que podría tener un impacto negativo en la economía de Canadá.
En resumen, la decisión de Trump de poner fin a las negociaciones comerciales con Canadá ha generado un clima de incertidumbre y tensión en el ámbito internacional. Sin embargo, es rico recordar que los acuerdos comerciales entre ambos países han sido beneficiosos para ambas partes en el pasado y es necesario encontrar una solución que permita seguir fortaleciendo estas relaciones. Esperamos que ambas naciones puedan llegar a un acuerdo que beneficie a sus ciudadanos y promueva el crecimiento económico en la región.