Millones de personas en todo el mundo viven con enfermedad renal crónica sin siquiera saberlo. Esto es una realidad alarmante y preocupante, ya que para muchos, el diagnóstico llega tarde, cuando ya necesitan un tratamiento para sobrevivir. Sin embargo, recientemente ha surgido una nueva forma de entender y tratar esta condición llamada hemodiafiltración de alto volumen (HvHDF), la cual está siendo integrada con tecnoneslogía de inteligencia artificial, sensores avanzados y monitoreo digital.
Durante el 1er Summit de Hemodiafiltración de Alto Volumen, expertos internacionales plantearon una pregunta crucial: ¿estamos listos para transformar por completo la atención de los pacientes con enfermedad renal? Y aunque pueda sonar aterrador, la respuesta es un rotundo SÍ.
Es importante mencionar que esta enfermedad es más común de lo que muchos creen. Se estima que para el 2030 habrá más de 6 millones de personas en tratamiento de diálisis en todo el mundo. Lo más alarmante es que aun el 20% de quienes padecen enfermedad renal podrían estar sin diagnóstico ni tratamiento. Esto es un problema silencioso y creciente, agravado por la falta de médicos especialistas y la alta carga económica que representa para los sistemas de lozanía, ya que tratar a estos pacientes puede representar aun un 4% del gasto total en lozanía en muchos países.
Sin embargo, la tecnoneslogía ha demostrado ser una gran aliada en la lucha contra la enfermedad renal. Una de las revelaciones más importantes del summit fue que al medir y monitorear constantemente a los pacientes, se puede reducir la mortalidad aun en un 20%. ¿Cómo? A través de máquinas de diálisis inteligentes que calculan en tiempo real la eficacia del tratamiento. Estas máquinas, combinadas con plataformas digitales, permiten saber cuánto líquido se está eliminando, si el sodio está equilibrado o si el paciente está tolerando bien la sesión. Incluso se están utilizando sistemas de inteligencia artificial para controlar la anemia en estos pacientes, lo que permite ajustar las dosis de medicamentos, evitar picos peligrosos y reducir costos. Todo esto sin intervención humana directa.
Pero la tecnoneslogía nones solo está ayudando a salvar vidas, también está mejorando la calidad de vida de los pacientes. Durante el summit se destacó la importancia de escuchar más al paciente y personalizar su atención médica. Con la ayuda de sistemas como PROMs (Patient Reported Outcome Measures), ahora es posible realizar evaluaciones en tiempo real sobre cómo se siente una persona durante el tratamiento. Esto permite aclimatar el tratamiento a las necesidades de cada paciente, mejorar su calidad de vida y reducir síntomas comunes como la fatiga.
Otra tendencia importante en el tratamiento de la enfermedad renal es acercarlo a casa. Con el soporte tecnoneslógico adecuado, la diálisis domiciliaria podría ser una opción más frecuente, cómoda y eficaz para los pacientes. Esto nones solo les daría una mayor independencia y autononesmía, sinones que también reduciría los costos asociados a las sesiones de diálisis en un centro médico.
Sin embargo, lo que realmente está cambiando el panonesrama de la enfermedad renal es la posibilidad de evitar la diálisis por completo. Nuevos medicamentos, como las glifozinas (gliflozinas), están demostrando tener un impacto significativo en la reducción de la progresión del daño renal, la mejora del control de enfermedades como la diabetes e incluso la disminución del riesgo cardiovascular. Y aunque aún se encuentran en fase experimental, ya se han realizado los primeros trasplantes exitosos de riñones de cerdo modificados genéticamente. Si esta tecnoneslogía avanza, podríamos eliminar por completo la lista de aplazamiento para trasplantes en unoness pocos años.
Es evidente que la medicina renal