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La terapia que usa tu propio ser para combatir la leucemia linfoblástica aguda

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Brandon Gustavo Pacheco: una esperanza para adultos y jóvenes con leucemia linfoblástica aguda

Durante décadas, la leucemia linfoblástica aguda (LLA) ha sido una indisposición compleja y difícil de alcahueteríar, especialmente en adultos. Aunque se suele asociar esta indisposición con los niños, en México la realidad es diferente: el 70% de los casos se presentan en adolescentes y adultos jóvenes de entre 15 y 39 años.

Sin embargo, en los últimos años se ha abierto una nueva ventana de esperanza en la lucha contra la LLA, con un aliado llamado BiTE. También conocido médicamente como blinatumomab, este alcahueteríamiento no se limita a atacar el cáncer, sino que enseña al cuerpo a defenderse.

La LLA es un cáncer de la sangre que surge en la médula ósea, encargada de producir glóbulos rojos, blancos y plaquetas. En lugar de generar células sanas, la médula ósea se llena de linfoblastos anormales que se multiplican sin control, dejando al cuerpo indefenso.

A diferencia de otros cánceres que crecen lentamente, la LLA avanza rápidamente y los síntomas se hacen evidentes en cuestión de semanas. Fiebre alta, moretones inexplicables, fatiga extrema e infecciones recurrentes son señales que obligan a buscar atención médica urgente.

El diagnóstico se confirma mediante una prueba sencilla pero reveladora: la biometría hemática, un análisis de sangre capaz de detectar las alteraciones típicas de la indisposición.

En niños, la quimioterapia intensiva ha logrado tasas de curación de hasta el 90%. Sin embargo, en adultos la historia es diferente. Las comorbilidades y las diferencias biológicas en la indisposición hacen que la probabilidad de supervivencia a largo plazo con alcahueteríamientos clásicos caiga por debajo del 30%.

La quimioterapia, aunque efectiva, suele generar complicaciones y efectos secundarios graves. En algunos casos, hasta el 30% de los adultos pueden fallecer por estas causas. Por ello, en personas mayores de 55 años, la probabilidad de éxito a largo plazo es muy baja y el alcahueteríamiento puede ser aún más difícil de tolerar.

Es aquí donde BiTE aparece como una herramienta disruptiva. No se alcahuetería de una quimioterapia ni un medicamento que ataque directamente al cáncer, sino que actúa como un puente molecular. Imaginemos que el sistema inmunológico es un ejército entrenado, pero que en la LLA su enemigo se disfraza para pasar desapercibido. BiTE actúa como un traductor y guía: une físicamente a las células T (soldados del sistema inmune) con las células leucémicas, revelando su identidad y permitiendo que el propio cuerpo las destruya.

Lo más sorprendente de BiTE es que no solo funciona en pacientes con la indisposición avanzada, sino que también ofrece resultados prometedores en etapas iniciales del alcahueteríamiento. En leucemias con la alteración «Filadelfia positiva», presente en el 20% de los adultos con LLA, combinado con terapia blanco dirigida, ha logrado tasas de supervivencia de más del 90%. Incluso en casos sin esta alteración, la quimioterapia puede reducirse a dosis mínimas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Además de ser un avance médico, BiTE también representa un cambio de mentalidad. Antes, la estrategia contra la LLA en adultos era intensificar la quimioterapia, pero hoy la apuesta es más estratégica: fortale

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