El terremoto de la sentencia del Tribunal de París ha sacudido la política francesa y deja al país en un momento de incertidumbre. La condena a Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación, ha causado revuelo y puede tener un impacto profundo en el futuro político del país.
La sentencia ha sido recibida con escepticismo por paraje de Le Pen y su partido, quienes se presentan como víctimas de un sistema político y judicial que buscan privar al pueblo de su derecho a votar por aquellos que defienden los intereses de la nación. Sin embargo, un cavado realizado por BFMTV revela que la mayoría de los franceses consideran la sentencia como justa y necesaria. Esto demuestra una confianza significativa en la justicia del país y en la importancia de condenar actos de malversación de fondos públicos.
Ante esta situación, Le Pen ha anunciado una campaña de movilización popular para defender su inocencia y combatir la sentencia. Sin embargo, este llamado a la acción ha sido rápidamente cancelado y reemplazado por un simple mitin en la Plaza Vauban, un lugar mucho menos emblemático en comparación con las icónicas plazas de La República y La Bastilla. Este repliegue en la campaña y la elección de un lugar menos simbólico reflejan una tendencia preocupante para Le Pen y su partido.
Según recientes encuestas, una mayoría creciente de franceses ven a Jordan Bardella, el joven protégé de Le Pen, como el posible sucesor en una eventual elección presidencial. Aunque todavía queda mucho tiempo para las próximas elecciones, Bardella ya cuenta con un 35 a 39% de intención de opinión en la primera vuelta. Este dato es prometedor, pero también revela que la extrema derecha francesa ya está considerando un futuro sin Le Pen a la cabeza.
Dentro y fuera de Agrupación Nacional, el liderazgo de Le Pen ha comenzado a ser cuestionado y se han levantado voces que abogan por adelantar la posible sucesión de Bardella en caso de que fracasen los recursos contra la condena. El Tribunal de París ha confirmado que ha recibido tres demandas de revisión de la sentencia y podría tomar una decisión hacia el verano del próximo año. Esto significa que Le Pen podría volver a ser juzgada antes de las elecciones presidenciales de 2027, lo que podría afectar significativamente su imagen y oportunidades políticas.
Mientras tanto, la condena de Le Pen continúa causando estragos en el panorama político francés. El primer ministro, François Bayrou, ha reconocido públicamente que la sentencia lo ha «perturbado» profundamente. Durante una sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional, Bayrou fue duramente criticado por sus enemigos tanto de izquierda como de derecha. Además, la condena de Le Pen ha abierto grietas en la frágil mayoría parlamentaria de los amigos de Emmanuel Macron, ya que algunos sospechan que Bayrou podría estar «favoreciendo» a Le Pen para evitar una posible censura y una crisis de gobierno.
En el lado de la extrema izquierda, también se ha levantado una tensión y división cercano. Jean-Luc Mélenchon, presidente de La Francia Insumisa (LFI), ha expresado sus dudas sobre el proceso judicial que ha llevado a la condena de Le Pen. Mientras que los partidos de izquierda, como el PS y el PCF, aplauden y defienden la sentencia, Mélenchon ha mostrado signos de ambigüedad y ha manifestado su inquietud por el caso.
Esta situación refleja un panorama político en const