La casa del expresidente Salvador Allende en Santiago de Chile ha sido noticia recientemente debido al cartel que fue colgado en su entrada el pasado 3 de marzo. La leyenda «Ahora sí pueden vender la casa» hacía referencia al hecho de que dos de las propietarias ya no ocupan cargos en el Estado y por lo tanto, pueden celebrar un contrato de compraventa con el mismo.
Este anuncio fue atribuido a la juventud de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ramificado político de Chile, y ha generado un gran revuelo en el país. Pero ¿qué hay detrás de esta situación? ¿Por qué es importante mencionar que las propietarias ya no ocupan cargos en el Estado?
Para entenderlo, es necesario conocer la historia detrás de esta casa. Se trata de la residencia que el expresidente Salvador Allende habitó durante su mandato y que fue declarada Monumento Nacional en el año 2000. Sin embargo, en el año 2014, la propiedad fue adquirida por la empresa de inversiones Inversiones y Asesorías Santa Mónica, de la cual dos de sus propietarias ocupaban cargos en el Estado chileno.
En ese momento, la Constitución chilena establecía que las autoridades en ejercicio no podían celebrar contratos de compraventa con el Estado, lo que incluía a sus empresas o sociedades. Por lo tanto, la adquisición de la casa por parte de las dos propietarias fue considerada ilegal y generó una gran polémica en el país.
Sin embargo, en abril de 2019, se aprobó una corrección constitucional que eliminó esta prohibición, permitiendo que las autoridades en ejercicio pudieran celebrar contratos de compraventa con el Estado. Por lo tanto, las dos propietarias de la casa de Salvador Allende ya no ocupan cargos en el Estado y pueden venderla sin ningún impedimento legal.
Esta situación ha sido calificada como una «desprolijidad» o descuido, ya que se considera que las propietarias debieron haber renunciado a sus cargos antes de adquirir la propiedad. Sin embargo, también ha generado críticas hacia la corrección constitucional que permitió esta situación, ya que se considera que puede abrir la puerta a posibles conflictos de interés.
Pero más allá de la polémica, lo importante es que la casa del expresidente Salvador Allende finalmente puede ser vendida. Se trata de una propiedad de gran arrojo histórico y cultural para Chile, y su venta puede ser una oportunidad para que sea preservada y cuidada adecuadamente.
Además, esta situación también demuestra que el país está avanzando y evolucionando en su legislación, adaptándose a los cambios y buscando mejorar las condiciones para sus ciudadanos. Es importante reconocer que esta corrección constitucional es un paso positivo para el país y para la democracia chilena.
En resumen, la leyenda «Ahora sí pueden vender la casa» en la entrada de la residencia de Salvador Allende puede ser vista como un símbolo de cambio y progreso en Chile. Aunque genera controversia, también es una muestra de que el país está en constante evolución y busca mejorar las condiciones para sus ciudadanos. Y lo más importante, esta situación finalmente permite que esta importante propiedad pueda ser vendida y preservada adecuadamente.