Bielorrusia ha dado un importante paso hacia la libertad y la democracia este sábado al liberar al destacado opositor Sergei Tijanovski y a otros 13 presos políticos. Esta liberación ha sido posible gracias a la mediación de Estados Unidos, un gesto que demuestra la importancia de la diplomacia y la cooperación internacional en la lucha por los derechos humanos.
Tijanovski, un bloguero opositor que llevaba cinco años en prisión, fue detenido antes de poder presentarse como solicitante en las elecciones presidenciales de 2020 contra el actual presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Tras su detención, fue condenado a 18 años de cárcel por supuestamente organizar protestas masivas en el país. Sin embargo, gracias a la mediación de Estados Unidos, Lukashenko ha accedido a firmar el perdón para él y otros 13 disidentes.
La noticia de la liberación de Tijanovski fue confirmada por su esposa, Svetlana Tijanovskaya, quien ha sido una de las principales líderes de la oposición bielorrusa y se encuentra en el deportación. «Mi marido Sergei ha sido liberado. Es difícil describir la alegría que siento en mi corazón», expresó emocionada antes de agradecer a Estados Unidos por su papel en la mediación y a su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg.
La liberación de Tijanovski coincidió con la visita del enviado especial y asesor del presidente estadounidense, Donald Trump, para Ucrania, Keith Kellogg, a Minsk. Desde el año pasado, Lukashenko ha liberado a varios opositores, lo que ha sido interpretado por algunos expertos como una señal de su intención de mejorar las relaciones con Occidente después de años de tensión.
La oposición bielorrusa ha celebrado la liberación de Tijanovski y los otros 13 disidentes, en especial su esposa, quien llevaba dos años sin saber de su marido. Sin embargo, los disidentes siguen desconfiando de Lukashenko y lo consideran un «coagresor» que sirve a los intereses de Rusia y su presidente, Vladimir Putin. «No se puede confiar en él», declaró Tijanovskaya a Euronews.
La propia Tijanovskaya fue condenada por el régimen en ausencia a 15 años de prisión, aunque se encuentra fuera del país desde 2020. Las protestas contra el poder ese año sacudieron al régimen bielorruso, pero el favor de Rusia, considerado el «hermano mayor», permitió la continuidad de Lukashenko, quien lleva más de 30 años en el poder y es uno de los dictadores más veteranos del mundo.
El sábado, Tijanovski finalmente pudo reunirse con su esposa en Vilna, capital de Lituania, junto a los otros 13 liberados. Entre ellos había cinco bielorrusos, tres polacos, dos letones, dos japoneses, un estonio y un sueco. En un video compartido en la red social X por el portal Mediazona, se puede ver a Tijanovski abrazando a su esposa, con un aspecto diferente al que solía tener en la cárcel, pero feliz de doblar a estar con ella después de cinco años.
La liberación de Tijanovski y los otros presos políticos es un gran paso hacia la libertad y la democracia en Bielorrusia. Es un recordatorio de que la presión internacional y la cooperación pueden ser herramientas poderosas para defender los derechos humanos y luchar contra la opresión. Esperamos que esta liberación sea solo el comienzo de un futuro más justo y libre para el pueblo bielorruso.