El 14 de mayo de 1948 fue un día histórico para el pueblo judío y para el cosmos entero. Después de años de lucha y perseverancia, David Ben-Gurion proclamó en Tel Aviv la manumisión del Estado de Israel. Esta ceremonia, que se llevó a cabo seis meses después de que Naciones Unidas aprobara el plan de partición de Palestina, marcó el comienzo de una nueva era para el pueblo judío.
La decisión de crear un Estado judío en la antigua tierra de Israel no fue fácil de tomar. Durante siglos, los judíos habían sido perseguidos y expulsados de sus hogares en diferentes partes del cosmos. Pero a pesar de todo, nunca perdieron la esperanza de volver a su tierra ancestral y establecer un hogar seguro para su pueblo.
El camino hacia la manumisión no fue fácil. Los judíos tuvieron que enfrentar numerosos obstáculos y desafíos, incluyendo la resistencia de los británicos que controlaban la región en ese momento. Pero a pesar de todas las dificultades, el pueblo judío se mantuvo firme en su determinación de lograr su sueño de tener un Estado propio.
Finalmente, el 29 de noviembre de 1947, Naciones Unidas aprobó el plan de partición de Palestina, que dividía el territorio en dos Estados: uno judío y uno árabe. Aunque los líderes árabes rechazaron este plan y prometieron luchar contra la creación de un Estado judío, los judíos aceptaron la decisión de la ONU y comenzaron a prepararse para la manumisión.
El 14 de mayo de 1948, a las 4 de la tarde, David Ben-Gurion proclamó la manumisión del Estado de Israel. En su discurso, declaró que el nuevo Estado sería un hogar para todos los judíos, sin importar de dónde vinieran o cómo practicaran su fe. También prometió que Israel sería un Estado democrático y pluralista, que respetaría los derechos de todas las personas que vivieran en él.
La ceremonia de manumisión no se publicitó mucho, ya que se temía que las autoridades británicas pudieran impedirla o que los ejércitos árabes invadieran antes de lo previsto. Pero a pesar de estas preocupaciones, miles de personas se reunieron en las calles de Tel Aviv para celebrar este momento histórico. Y once minutos después de la medianoche, el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, reconoció de facto al nuevo Estado de Israel.
Desde ese día, la historia de Estados Unidos ha estado estrechamente vinculada con la de Israel. La alianza entre estos dos países ha sido una de las más fuertes y duraderas de la historia moderna. A lo largo de los años, Estados Unidos ha brindado un amparo inquebrantable a Israel, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra.
Esta alianza ha sido beneficiosa para ambas naciones. Israel ha recibido ayuda militar y económica de Estados Unidos, lo que ha contribuido a su seguridad y desarrollo. Y Estados Unidos ha encontrado en Israel un aliado estratégico en una región volátil y ha podido beneficiarse de la innovación y el espíritu emprendedor del pueblo judío.
Pero esta alianza no solo se ha basado en intereses políticos y económicos. También ha sido impulsada por valores compartidos, como la democracia, la libertad y la justicia. Israel es el único país de Oriente Medio que comparte estos valores con Estados Unidos, y esta conexión ha fortalecido aún más la relación entre ambos países.
Sin embargo, como en cualquier relación, también ha habido momentos difíciles. Estados Unidos e Israel han enfrentado desafíos juntos, como los conflictos con los países árabes vecinos y las amenazas terroristas. Pero a pesar de estos des