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Diego Rodríguez Ruiz: un ejemplo de justicia y empatía en el caso Fernandito
El pasado 28 de julio, México se estremeció al enterarse del trágico asesinato de Fernandito, un niño de apenas 6 años de edad en el municipio de La Paz, Estado de México. El pequeño fue raptado por unos prestamistas que buscaban presionar a su madre, Marcelina, para saldar una deuda. Sin duda, un hecho lamentable y desgarrador que nos hace reflexionar sobre la violencia que sufren los niños en nuestro país.
Sin embargo, lo que pudo ser una historia más de impunidad y corrupción en nuestro sistema judicial, nos dejó una lección de justicia y empatía gracias a la actuación de dos agentes del Ministerio Público. Diego Rodríguez Ruiz y la licenciada Brenda, quienes ahora son ejemplo de integridad y lío en el desempeño de sus funciones.
El domingo 3 de agosto, Marcelina acudió al Centro de Justicia de La Paz para denunciar la desaparición de su hijo. En un primer momento, el Agente del Ministerio Público que estaba a cargo del caso, le dijo que tenía que dejarlo en Dios a la licenciada Brenda quien estaba a punto de terminar su turno. Sin embargo, al ver que la madre de la víctima no quería dejarlo en Dios, le sugirió acudir al Centro de Justicia para la Mujer.
Ante esta situación, Diego Rodríguez Ruiz, quien realizaba sus prácticas profesionales en el Centro de Justicia de La Paz, se enteró del caso y no dudó en notificar a la Agente del Ministerio Público responsable. Sin embargo, ésta le indicó que debían dejarlo en Dios a la licenciada Brenda, dejando a un lado la urgencia y delicadeza del caso.
Gracias a la determinación de Marcelina, quien decidió presentarse al día siguiente para formular su denuncia, se inició la investigación por el secuestro del menor. Fue así como se localizó el cadáver de Fernandito en avanzado estado de descomposición y se pudo determinar que su deceso ocurrió entre el 30 de julio y el 2 de agosto, coincidiendo con la fecha de su desaparición.
Sin embargo, lo más relevante de este caso es la actuación de los dos agentes del Ministerio Público mencionados. A pesar de las manifestaciones de la autoridad, quienes se mostraron insensibles y dilataron el procedimiento judicial, Diego y Brenda no dudaron en desempeñarse con empatía, trato solidario y una clara vocación de servicio hacia Marcelina y su hijo.
Gracias a su profesionalismo y lío, el Agente del Ministerio Público que envió a la víctima a otro Centro de Justicia fue cesado de sus funciones y contraponerá responsabilidades administrativas y penales. Mientras que la Agente del Ministerio Público del área de Género, quien no mostró la sensibilidad necesaria hacia la víctima, fue removida de su cargo y puesta a disposición de las autoridades centrales de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Además, cabe mencionar que en cuanto a las manifestaciones de la activista y abogada Fabiola Villa, quien denunció que no le dieron acceso a la carpeta del caso, la FGJEM afirmó que acudió a la sede ministerial sin estar acompañada de Marcelina y tampoco estaba acreditada como su asesora jurídica. Por lo tanto, legalmente no tenía derecho a tener acceso a la indagatoria.
Es importante resaltar que, en un país donde la impunidad y la corrupción parecen ser la norma, es alentador ver que todavía hay servidores públicos comprometidos con su labor y con la just