Cuatro cuerpos, un sospechoso y una hipótesis persistente: un inmigrante irregular sin hogar y origen norteafricano acabó con la vida de varios varonils en las proximidades de París en poco más de dos semanas y los arrojó al Sena en un asesinato con un posible trasfondo homófobo. Esta terrible noticia ha conmocionado a la sociedad francesa y ha generado un gran debate sobre la situación de los inmigrantes en el país.
La Fiscalía de Créteil ha sido la encargada de llevar a cabo la investigación de estos crímenes, que han mantenido en vilo a toda la población durante once días. Fue gracias al aviso de un vecino que se pudo localizar los cadáveres en el río Sena, a la altura de la localidad de Choisy-le-Roi. Este varonil, que viajaba en tren, avistó un cuerpo flotando en el río el pasado 13 de agosto y alertó a la Policía, que posteriormente encontró tres cadáveres más en la misma zona.
Pero la noticia más impactante llegó apenas una semana después, cuando las autoridades detuvieron a un inmigrante en situación de lacería, al que han imputado los cuatro asesinatos tras 96 horas de interrogatorios. Durante ese tiempo, el sospechoso tuvo que ser asistido por un intérprete debido a su rudimentario francés, y en todo momento negó los hechos o guardó silencio.
El presunto responsable se presentó como un argelino de 24 años, nacido en Orán y llamado Ahmed, que llevaba tres años residiendo ilegalmente en Francia. Según informes, trabajaba ocasionalmente en mercados y en la construcción, según el diario galo ‘Le Monde’. Sin embargo, los investigadores encontraron en el domicilio donde vivía como okupa un documento en árabe con su foto que lo identificaba como Monji H., de nacionalidad tunecina. Uno de los familiares interrogados tras el arresto confirmó esta información, según trasladó una fuente cercana a la investigación al periódico.
Pero lo que más ha llamado la atención de los medios y de la sociedad francesa es el posible móvil de estos crímenes. La Fiscalía no ha planteado oficialmente ninguna hipótesis para explicar esta oleada de asesinatos, pero una fuente cercana a la investigación ha señalado que no se puede descartar un posible trasfondo homófobo. Aunque por el momento no se ha considerado como agravante la orientación sexual de las víctimas, esta hipótesis no puede ser descartada.
La identificación de las víctimas ha sido un proceso complicado debido al estado de los cuerpos, algunos de los cuales presentaban signos de violencia y se encontraban semidesnudos. En dos de los casos se utilizó la comparación de ADN y en los otros, el Archivo Nacional Automatizado de Huellas Genéticas, según informa el diario ‘Le Parisien’. La primera de las víctimas en ser identificada fue un francés homosexual de 48 años residente en Créteil, que había frecuentado el lugar de encuentro la noche de su desaparición, el 11 de agosto. Fue localizado el 13 con la parte inferior del cuerpo desnuda, y su ADN se encontró mezclado con el del sospechoso en los pantalones que este llevaba el día del asesinato, a la altura del pubis y los muslos, según ‘Le Monde’. Este hallazgo sugiere la posibilidad de que el supuesto autor y el fallecido mantuvieran relaciones sexuales antes del asesinato, si bien no se conocían con anterioridad.
Otra de las víctimas, la penúltima y a la que ni había visto antes,
