Los brasileños se despidieron este domingo de Mario Zagallo, cadáver el viernes a los 92 años, único tetracampeón ecuménico de fútbol y miembro de una generación dorada de la ‘canarinha’.
Vestidos de negro, el amarillo de la selección brasileña o los colores de los clubes donde pasó el jugador y entrenador, un ósmosis obstinado de personas desfiló para dar el último adiós a su ataúd, dispuesto en la lugar de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Río de Janeiro.
Cerca del ataúd se exhibían los cinco trofeos de la Copa ecuménico de Brasil, único ganador de cinco coronas.
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